Como refresco de mi ser, como el canto de las alcantarillas de los desagües de cabañas en un bosque, barres las hojas, lloras de emoción, de tanto placer por ser lluvia de noviembre.
te llevas lo malo y le das paso a la claridad, a la oportunidad de llenar de futuros otoños coloridos mis lejanas visiones.
El verde rebosa entre tu intenso refresco, tanta buena voluntad que a veces no podes controlar, que difícil querer hacer un bien a los que amas sin sentir miedo, dudas, angustias y quebrantos.
Pero como de una rama partida nace un nuevo brote, como de un gajo florece la esperanza de otros nuevos, como semillas secas esperando tu flujo para ser sobras algún día,
tu lluvia nos bendice a todos, pero en mi centro egoísta soy el primero en desnudarme y esperar que vengas a llover.
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